Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...
domingo, 2 de mayo de 2010
****Descalza****
Oía sus pasos descalzos por el suelo de losa desconchado. Apenas rozaban el piso. Parecía una niña pequeña, con aquella camisa de hombre que le tapaba poco más abajo de la rodila. Iba sin peinar, y con los ojos brillantes fruto de un sentimiento al que nadie le había puesto nombre. Tenía esa clase de risa de niña traviesa, con los incisivos un poco grandes, como un conejito travieso.
Llegó a la cama, y se deslizó por las sábanas frescas hasta llegar a tocar el cuerpo desnudo del chico. No se quitó la camisa, no quería, porque aunque le tenía en la cama, la prenda de ropa olía a él. Se acurrucó como pudo lo más cerca de su piel nívea, y él al sentir el contacto, se dio la vuelta y la agarró. Ella cerró los ojos.
No quería dormir en las nubes. No teniendo esos brazos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Las nubes son vapor comparadas a esos brazos, seguro :)
ResponderEliminarTe enlazo ^^ En mi perfil tienes mi nuevo blog.