Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...

lunes, 26 de marzo de 2012

Adictos a la escritura: proyecto de Marzo.


SIN ALMA

Recordaba perfectamente cuál era la sensación que me quedaba en las manos tras disparar a quemarropa mi M16. Un regusto agridulce me recorría el cuerpo, debatiéndome entre el trabajo bien hecho y el remordimiento de haber segado una vida. Una más, una menos. Al volver de allí recuerdo claramente como todo había dejado de tener sentido. La tele, los libros, las conversaciones. Me dedicaba a beber, lo suficiente como para olvidarlo todo, lo imprescindible para pasar el día.

Sara fue mi compañera durante los seis meses perdidos en ese puto desierto, y lo siguió siendo al regresar a casa. El problema llegaba cuándo yo no podía lidiar con los problemas. Mi hermana (que siempre tiene razón) me dijo que me había convertido en alguien vacío, hueco, que no espera más que oscuridad.

Ayer volví borracho a casa. Lloraba, y no me acuerdo del porqué. Ella bajó a abrirme la puerta con el pijama morado, su preferido, mosqueada ya que yo no acertaba a abrir solo.

    ¿Otra vez? Estoy harta, yo ya no puedo más. —me replicó con tono cansado.
    Si solo han sido un par de copitas.
    Todas las noches sólo son un par de copitas. Tienes que afrontarlo. —me dijo levantándome la voz.
    Pero soy yo, ¿Recuerdas? Tú, la fantástica, la perfecta, la más valiente, la más correcta, siempre la mejor. Estoy harto, tú no sabes lo que yo siento. Que te foll…
    Te aconsejaría que eligiese tus próximas palabras con mucho cuidado y que, mientras tanto, recordases que no eres el único que estuvo cuando las bombas cayeron.
    ¿Y qué, Sara? Los dos estábamos, sí, pero yo era el que iba delante. Aun así ésa es la diferencia entre tú y yo. Yo no podía soportarlo. Ahora; me da igual.

Hoy me he levantado sin ella en la cama. Falta su ropa. Sabía que llegaría este día, el momento en que ya no me quedasen lazos en ninguna parte. En este instante estoy con la compañía con la que deseo estar. Mi buen amigo Johnnie.


Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Sólo pretendo hacer un relato.
Respeto profundamente a todos las fuerzas armadas.
Ángela