Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...

lunes, 27 de junio de 2011

Proyecto de adictos a la escritura Junio



Le estaba observando otra vez. Desde su rincón entre las sombras de detrás de la barra del bar. Le miraba ávidamente, con ganas de devorarle con los ojos, con las manos y con la boca. A besos, a mordiscos y a caricias. Imaginaba un instante con él, entre sus brazos e imaginaba cada dedo de su mano recorriéndole la cadera. Le anhelaba cada segundo. Le echaba de menos antes incluso de tenerlo. Pero lo soñaba.

Así cada día durante tanto tiempo que ni se acordaba de cuándo había sido la primera vez que le había mirado. Pero ahora por fin estaba decidida a hacer algo. De no quedarse en el podría, o el debería. Dejaría de soñarlo.

Estaba urdiendo un plan para poder tocarlo, para hacerlo suyo. Y no había fallos.

Sólo quizá, la rubia que colgaba de su brazo.

¿El asesinato era una opción?

Sí, tenía un plan.