Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...

martes, 20 de abril de 2010

****En tierra de dos****


- ¿Por qué ahora? ¿Por qué hoy? - le dijo cansada en el salón que ambos un día compartieron, unas horas, unos minutos, un jodido segundo.
- Porque al final me di cuenta de que te quiero - respondió él abriendo los ojos. Mirándola
- ¿Y qué vas a hacer con ella? - le preguntó Gabi picada por la curiosidad, porque para qué mentirse, ella había escapado, pero todavía guardaba en las fosas nasales su olor a menta, a hierba recién cortada...
- La voy a dejar - Quique saltó como un resorte - ya lo tengo decidido.
- He oído eso durante un año y medio - y agitó una mano delante de su cara - estoy harta de que me tomes por el pito del sereno Te he dicho que no quiero volver a verte - Recordó estoica, sin gritar. Y de repente se le ocurrió el toque final - Bueno si, el día de tu boda. No me mires así. Seguro que ella y yo tenemos muchas cosas en común. Nos gusta el mismo cerdo. La única diferencia es que yo se la verdad. - y a él no se le pasó por alto la forma presente de ese verbo "gustar" - Y además, ¡qué cojones! nunca he ido a una boda de la "high society" - pronunció en perfecto inglés.
- Ella me da igual. Mi padre, la empresa...
Gabi rió amargamente echando la cabeza hacia atrás, moviendo sutilmente su melena ligeramente ondulada.
- No me recites guiones de telenovela barata. Es lo último que quiero. Desmonta la boda si tantos huevos tienes. Si tanto me amas. Y luego, pídeme lo que quieras.

A Gabriela le hubiera encantado creerle. A él; que lo creyera.

Pero la vida es injusta.

Y ambos lo sabían.

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