Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...
martes, 2 de marzo de 2010
*****Trampas*****
Me vuelvo a decir a mi misma que esto no es bueno. Que jamás debería haberme sujetado emocionalmente a otro ser humano. Más concretamente si llevaba pantalones. "Con lo que tú eras" me dice la gilipollas de "mi amiga". Yo sonrío forzadamente. "Es que quien lo iba a decir, si siempre juraste que nunca te enamorarías, ni que tendrías novio, ni que..." "Perdona bonita, me llaman" le corto en seco. Aún así tiene algo de razón que no le quito. Maldito el segundo en que me desarmó ese bastardo. Cómo lo odio y lo quiero a partes iguales. Y el caso es que nunca me dio por pensar que los grilletes me gustarían, no tanto por lo menos. Perderme en su mirada, en su sonrisa, en esa jodida manía de estrujarme hasta partirme las costillas. La forma que tiene de tocarme, de pasear las yemas de sus dedos por la curva de mi cadera, porque casi no me creía que sus manos encajaran tan jodidamente bien en mi cintura. Porque no acabaré de creerme que entre 6000 millones de personas repartidas por todo el globo terráqueo él y yo hayamos coincidido en la misma puta ciudad, y que nos queramos, o que por lo menos yo le quiera y él al menos finja corresponderme. Porque me sigue pareciendo increíble que apesar de todo lo que me prometí un día no muy lejano, que sea capaz de sentir lo que siento por alguien que a todas luces no debería merecer la pena. A estas alturas de la cuestión, ya da igual.
Estoy metida hasta el cuello.
Lo peor, es que presiento que me arrancarán la piel a tiras...
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O es intuición... o es miedito.
ResponderEliminarSea lo que sea, créeme cuando te digo, que al final todos los caminos llevan a la misma persona, y tarde o temprano encontrarás a tu pingüino, y si es él pues felicidades y si no es, pues ten cuidado, no dejes que te haga mal y aprende de todo.
Un besote.