Pecar contra tu boca, hasta matarme la locura...
domingo, 28 de marzo de 2010
****Seguridad****
Llegué de trabajar, eran las 5.30 y acababa de cerrar el bar. Abrí la puerta de casa con cuidado. No quería despertarlo por nada del mundo, porque seguro que estaría soñando conmigo, y con eso me bastaba. Oía su respiración desde el salón, donde me quité los zapatos de tacón y las medias transparentes. Caminé descalza por el parqué hasta llegar a la puerta entornada de la habitación. Dormía profundamente, me lo indicaba su respiración pausada. Deje caer el vestido al suelo y me recogí la abundante melena en un moño alto. Levanté el edredón que le cubría y me metí con cuidado en la cama. Se dio la vuelta y me abrazó, tan fuerte que creí que me partiría las costillas, pero no me importó en absoluto.
- Traes las piernas frías. - Me susurró.
- Lo se - dije yo mientras me amoldaba a su silueta. - Caliéntame.
Me giró hacia él y me besó a la vez que me recorría el cuerpo con las manos, decidido a que cogiera temperatura. Yo simplemente me abandoné a la sensación de tenerle entre mis brazos otra vez, dibujándome...
Si, esa noche subiríamos de los 40 grados debajo de las sábanas.
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